Menorca: Isla paradisíaca y apacible

La isla de Menorca, perteneciente al archipiélago de las Baleares, es un destino sumamente atractivo no sólo por sus playas paradisíacas, sino también por el clima apacible de su entorno.
Al visitar Menorca, nada mejor que hacer un recorrido por sus encantadores pueblos costeros, sin pasar por alto a los de interior.
Además de zambullirnos en sus preciosas playas y calas, Menorca nos brinda una serie de actividades para hacer, como por ejemplo caminar por su casco histórico de calles angostas y callejones que invitan a perdernos, pues esa es sin dudas la esencia de la vida de la isla. También, merece la pena dar un paseo por el puerto y recorrer el paseo marítimo de la Ciudadela, disfrutando de la refrescante brisa marina del Mediterráneo. En la zona del puerto, no podemos perdernos la oportunidad de conocer la Catedral de Santa María de Ciudadela, templo de estilo gótico cuya construcción se realizó entre los siglos XIII y XIV.
La Plaza del Borne, ubicada en Mahón, la capital de la isla, es otro de sus grandes atractivos. Si disponemos de tiempo, podemos aprovechar para recorrer los yacimientos arqueológicos de Talatí de Dalt.
Por su parte, en la Ciudadela, la segunda ciudad en orden de importancia de la isla, podemos conocer el Castillo de San Nicolás o apreciar los restos arqueológicos, un importante legado de la cultura talayótica, entre los cuales destaca el templo funerario  la Naveta des Tudons.
Tampoco podemos perdernos la oportunidad de contemplar la Basílica paleocristiana de Son Bou, considerado uno de los templos religiosos de mayor antigüedad  de Menorca, o descubrir los restos de una fortaleza en el Monte de Santa Águeda, sitio en el que vivieron los musulmanes antes de su expulsión de la isla.
Los más aventureros seguramente querrán realizar una excursión a Monte Toro, la mayor elevación de la isla, donde está ubicado el Santuario de la Virgen del Monte  Toro.
Para disfrutar de la naturaleza de este destino mágico, se puede hacer senderismo en  las rutas del Camí de Cavalls, que forma parte de su patrimonio histórico. Estos caminos se pueden recorrer también en bicicleta o a caballo. Otra opción es visitar el Parque Natural de la Albufera y el Cap de Favàritx, que además de un entorno natural excepcional dispone de un observatorio de aves.
En cuanto a sus playas y calas, aparte de disfrutar de la fina arena blanca, es posible bucear o practicar deportes acuáticos. La Cala Galdana y Cala en Porter, son las más concurridas.