Durante el siglo XIII, en tiempos de la conquista cristiana de Menorca, hubo una ruta señalizada y acondicionada que rodeaba a la isla cerca de la costa. Se trata de, nada más ni nada menos, que del Camí de Cavalls o Camino de Caballos, el cual en los siglos posteriores los británicos lo transformaron en un medio efectivo de transportar sus tropas de uno a otro extremo de la isla.
El Camí de Cavalls, que posee una extensión total de unos 220 kilómetros, da la vuelta a toda la isla y alcanza absolutamente todas las torres de defensa costeras que, en el pasado, servían como medio de control y vigilancia del mar. Las torres defensivas que delimitan el trayecto del camino son procedentes de los siglos XVIII y XIX, y, si bien fueron construidas por los ingleses, han sido utilizadas después por los españoles. Cuando el camino dejó de servir para sus propósitos cayó en desuso, borrando la vegetación su huella, las torres se han ido desmoronando, los propietarios de las fincas obstruyeron a cal y canto los pasos, desapareciendo su rastro casi por completo.
Pero recientemente el Consell Insular de Menorca tomó la decisión de realizar la expropiación de la servidumbre de paso del Camí de Cavalls, transformando el acceso en público y rehabilitando, de ese modo, su trazado. Gracias a ello, actualmente, una gran cantidad de turistas, aparte de muchos menorquines, empiezan a usarlo nuevamente para sus eco-rutas a pie, en bicicleta y a caballo, sobre todo durante el invierno.
Por su extensión, resulta muy ambicioso aspirar a atravesarlo por completo, aunque es una gran} idea elegir uno o más en particular para poder así disfrutar de todo el encanto que esconde la Menorca rural, agreste y poco conocida. Algunas partes del camino llegan hasta zonas escarpadas e, incluso, playas vírgenes.
¡Lánzate a la aventura y ven a recorrer Camí de Cavalls!
Imagen:
http://camicavalls.wordpress.com