Los campings que se extienden a lo largo de toda la Costa Brava ya no son lo que eran, pues su estética y espirítu han cambiado en los últimos tiempos. Ahora las instalaciones son de mejor calidad, al igual que los servicios ofrecidos por ellos, para atraer a un mayor número de visitantes.
Estas instalaciones, que se traducen en acogedores bungalows, mobil-homes y casitas de madera, sumados a la oferta de apartamentos, resultan muy atractivas no sólo por el placer de poder disfrutar del mar con el máximo confort sino además por el entorno natural en el que se encuentran, ya que la Costa Brava es una de las zonas costeras de mayor atractivo de España.
La estancia en la Costa Brava se torna aún más atractiva por su cercanía a diversas ciudades turísticas y espacios de gran valor medioambiental.
La zona norte de la Costa Brava, conocida como el Alto Ampurdán, es poseedora de un paisaje mediterráneo de excepcional belleza. En esta comarca vale la pena visitar, por ejemplo, la localidad de Peralada, cuyos principales monumentos son un castillo del siglo XIV y las iglesias de Santo Domingo y Carme. Incluso, es recomendable dirigirse hacia el Monasterio de Sant Pere de Rodes, desde donde se obtienen maravillosas vistas de todo el entorno.
Retornando el camino a la costa, desde el Port de la Selva, se localiza el cabo de Creus, donde se ubican las localidades de Cadaqués y Port Lligat, que ofrecen un paisaje compuesto por calas recónditas, acantilados y grandes rocas.
Luego es interesante hacer un alto en Roses, que se asienta en la bahía homónima, donde se suceden diversas playas pequeñas rodeadas de pinares. Un poco más lejos de la playa, se halla Castelló de Empuries, que llama la atención por su casco urbano erigido en torno a su majestuosa iglesia.
También, resulta interesante recorrer los numerosos rincones que se esconden en el trayecto que va desde Aiguablava hasta Blanes, como es el caso del cabo de San Sebastián, la cala de Aigua Xellida, Llafranc, Cap Roig y Calella de Palafrugell.
Prosiguiendo por la ruta que marca la costa se encuentra Palamós, ciudad portuaria que brinda estupendas vistas de la bahía. Desde este lugar hasta San Feliu de Gixols hay diversos enclaves llenos encanto, como por ejemplo Calonge, que conserva numerosas muestras de su arquitectura tradicional.
Al retomar el camino de la costa, es posible arribar a Tossa de Mar, dueña de un entorno tranquilo ideal para descansar y un interesante recinto medieval, denominado Vila Vella.
Una vez en Lloret, tras atravesar un bello paisaje de pinares, se puede disfrutar de calas y pequeñas playas apartadas. Para concluir el paseo por la Costa Brava recomendamos visitar Blanes, una villa de gran encanto que posee una hermosa playa.
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