Zafra es una encantadora localidad de la Baja Extremadura, ubicada a mitad de camino entre Mérida y Córdoba, que ofrece al visitante la posibilidad de conocer su excepcional patrimonio histórico.
La población está presidida por el Palacio de los Duques de Feria, en torno al cual se entrelazan sus calles angostas, y rodeada por una muralla de piedra de ocho puertas. Este alcázar-palacio, que fue levantado en el s. XV, destaca por su patio central de mármol. Actualmente, aquí funciona el Parador de Turismo Duques de Feria.
El núcleo de Zafra está representado por sus dos plazas: la Plaza Grande, cubierta por arcos de ladrillos sobre los que todavía se conservan antiguos edificios, y la Plaza Chica, plaza porticada famosa por sus antiguos mercados. Ambas presentan detalles mudéjares y medievales.
En el centro de la villa se encuentra la Casa del Ajimez, hoy convertida en centro de interpretación de Zafra, que sobresale por sus atractivas ventanas mudéjares.
Entre sus edificios religiosos es posible mencionar a la Capilla de los Remedios, en cuyo retablo contiene diez obras de Zurbarán; la iglesia Colegiata de La Candelaria, construida en el siglo XVI; el Convento de Santa Clara, que alberga el monumento de los Señores de Feria; y el Convento de Santa Catalina, cuyo origen se remonta al año 1500.
Al mismo tiempo, al pasear por Zafra el viajero puede apreciar un buen número de casas señoriales, que en su mayoría fueron construidas entre los s. XVI y XVIII. De todas ellas, vale la pena destacar a la Casa Grande, poseedora de un sensacional claustro central, y a la Casa del Marqués de Solana, cuyo estilo se asemeja al neo-árabe.
Saliendo del recinto amurallado, pueden contemplarse diversos monumentos como la Plaza de los Toros, la Torre de San Francisco o los pilares góticos de San Benito y el Duque. Para descubrir la naturaleza de su entorno, en Zafra es posible realizar senderismo, cazar o recorrer rutas a caballo, entre otras actividades.
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