Vitoria, entre medieval y moderna

La ciudad de Vitoria, perteneciente al País Vasco, se erige en torno a una suave colina. Considerada una de las localidades de España con mejor calidad de vida, en su casco urbano hay una gran cantidad de antiguos edificios que son todo un emblema de épocas pasadas.
Su alta calidad de vida deriva de que la ciudad conserva intacto el casco viejo, núcleo indiscutido de turismo cultural, el cual fue rehabilitado en pos de preservar el patrimonio histórico. En el casco medieval, cuya forma se asemeja a una almendra, las calles son largas y angostas.
La Plaza Nueva, es considerada la obra arquitectónica más significativa que se realizó en esta localidad durante el siglo XVIII. Su construcción fue hecha con la idea de dotar a Vitoria de un espacio en el cual pudieran celebrarse las corridas de toros, festejos y los mercados populares. En uno de los frentes se alza el edificio del consistorio alavés, de líneas clásicas, que está coronado por un gran frontón triangular, el cual contiene al  escudo de la ciudad.
Sin embargo, su configuración actual surge del fortalecimiento de Vitoria como núcleo industrial. En ello, influyó también el haber sido designada como capital de la Comunidad Autónoma Vasca. Todo esto, sirvió de impulso para nuevos proyectos urbanísticos, fundados básicamente en el crecimiento de la población, que se triplicó en las últimas tres décadas.
De ahí que actualmente la ciudad posee un trazado urbano funcional y modernista, manteniendo intacta a pesar de ello su identidad, que se hace visible especialmente en la conservación del casco viejo.

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