Formentera, es una pequeña isla que forma parte del archipiélago balear. Sus bosques de pinos y sus cálidas playas, sirven de invitación para aquellos que desean pasar una estadía en un ambiente espectacular. Lo que se dice, un verdadero paraíso natural.
De paseo por La Savina, el puerto de la isla, contemplará la pintoresca arquitectónica de las casas bajas, típicas de las Pitiusas.
Hacia el norte, se hallan Las Salinas, un verdadero prodigio de la naturaleza, ya sea por la belleza de sus paisajes como por la rica biodiversidad biológica de la zona.
En el centro de la isla, se recomienda dar una vuelta por San Francisco Javier, un poblado de casas blancas, que desbordan sencillez, y que están orientadas a una iglesia. Al mismo tiempo, podrá distenderse en la playa Cala Saona.
En los alrededores se emplaza San Fernando, un espeso bosque de pinos y coníferas que confluye en las playas de Es Pujols y Mitjorn.
Asimismo, recorrer esta área supone animarse a peregrinar por acogedoras calas y playas, tal es el caso de Cala En Baster y la Playa de Tramuntana. Ambas, tienen su desembocadura en el puerto natural de Es Caló.
En la franja de La Mola, al sureste de la isla, resulta imperdible acercarse hasta El Mirador, desde donde quedará maravillado con las panorámicas de ensueño del Mediterráneo. Luego, puede dirigirse al Pilar de la Mola para realizar una visita a la Iglesia del Pilar, un encantador santuario.
Por último, si lo que desea es conectarse con la naturaleza salvaje del lugar, debe allegarse hasta la parte occidental de la isla. En esta zona, transitará por un valle encantador, donde se alzan las montañas del Cabo Punta Rosa, que está coronado por la Cala Saona.
En definitiva, durante su paso por Formentera la tranquilidad y el relax estarán garantizados. Compruébelo usted mismo.
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