Bermeo es una apacible villa marinera, situada en la provincia de Viscaya, dueña de un importante patrimonio histórico,y que se caracteriza por su arquitectónica y la disposición de sus callejas. Sin dudas, el marco perfecto para pasar unas vacaciones idílicas.
La ciudad se halla a orillas del mar, circundada por valles fértiles y montañas, conformando imponentes acantilados a lo largo de toda la costa. A pocos kilómetros se erige el famoso Cabo Matxitxako, una accidentada formación rocosa de aspecto formidable. El paisaje se completa con la Ría de Gernica, en cuyo estuario se aprecian bellas playas.
No hace falta decir que Bermeo posee espacios naturales formidables, ya que se sitúa dentro del Parque Natural de Urdabai, una zona protegida increíble, circunscripta por los montes Oiz, Gaztiburu y Solluba. Allí, se sorprenderá en su paso por las grutas, que encierran estalactitas y estalagmitas de gran tamaño. Este lugar es, en sí mismo, un paraje espectacular, dueño de una biodiversidad maravillosa.
Bermeo cuenta, también, con algunos templos y construcciones religiosas que merecen ser recorridas. Tal es el caso del Convento de San Francisco, el cual se compone de una iglesia gótica, un claustro y la residencia, además de un bello jardín similar al Edén.
La Iglesia de Santa Eufemia, es una de las reliquias de la ciudad ya que su construcción data de los tiempos fundacionales de la villa. En el templo, destacan la torre barroca y el retablo.
Continuando con el paseo, se recomienda acercarse hasta la Torre Ercilla, erigida durante la Edad Media y utilizada con fines militares para la defensa de Bermeo. Actualmente, funciona allí el Museo del Pescador.
La Iglesia Santa María de la Asunción y la de Santa María de Tala, junto a los vestigios de la antigua muralla que cercaba la villa, configuran otros sitios interesantes para conocer.
En definitiva, Bermeo cuenta con la combinación exacta de historia y naturaleza, que conforman la verdadera esencia del lugar. Se lo recomendamos.
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