A unos 80 km de la ciudad de Almería se encuentra Lubrín, un acogedor pueblo andaluz que aún hoy conserva en su casco urbano el típico trazado de los moriscos, que se caracteriza por sus calles estrechas y empinadas. En las fachadas de sus casas pueden apreciarse los antiguos escudos nobiliarios.
Para conocer en primera persona su patrimonio cultural, merece la pena visitar la Cueva de los Murciélagos, cavidad que data del Paleolítico Inferior y que fue excavada por Siret. Mención aparte merecen las pinturas rupestres de la Piedra de la Cera, de gran valor histórico y artístico.
Entre sus principales monumentos se pueden mencionar el Monumento al Cantero, la Plaza de San Sebastián, la Plaza del Porche y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, ésta última originaria del siglo XIX.
A pesar que la artesanía local es bastante escasa, aún algunos lugareños, sobre todo las personas mayores, que se dedican a trabajar con el esparto como pasatiempo.
De la gastronomía de este pueblo de la comarca del levante almeriense, se destacan platos tales como los roscos con anchoas, las migas con remojón, morcillas, chorizos y los higos chumbos.
En torno al 20 de enero, en Lubrín se acostumbra celebrar la fiesta del pan en honor a San Sebastián, que ha sido declarada de interés turístico, cuya peculiaridad reside en que durante la procesión los vecinos suelen lanzarle roscos y monedas al santo, como parta de una tradición. También durante el mismo mes tienen lugar los festejos de Moros y Cristianos, que de desarrollan en el núcleo de El Marchal.