La herencia cultural de Alicante se refleja a día de hoy en los monumentos y la disposición de las localidades de la provincia.
Ruta histórica
El clima benévolo de Alicante, favorecido por la orientación al sur y la protección que le ofrecen los montes del interior, facilitó el asentamiento de poblaciones que han dejado su huella en la cultura de la región. Si nos decidimos por adentrarnos en la ciudad de Alicante en busca de las rutas árabes, por ejemplo, podemos iniciar la ruta en el Castillo de Santa Bárbara, precisamente el punto de partida del asentamiento musulmán en el siglo IX. Dentro de esta edificación podemos distinguir tres áreas bien diferenciadas. En primer lugar, destaca la parte superior del Castillo, conocida como “El Macho”. Con 166 metros de altitud, ofrece una vista privilegiada de las montañas que protegen la ciudad y despunta sobre posteriores añadidos. Entre estos se cuenta, por ejemplo, el cuartel de la tropa, un anexo que data del siglo XVI y que se construyó por orden de Felipe II para garantizar la seguridad del edificio. Sus dimensiones sufren diferentes modificaciones entre los siglos XVIII y XIX que le otorgan su aspecto actual.
Vinculación al agua
El paso de los siglos sigue bien visible en este monumento, pero la cultura mediterránea ha moldeado otras muchas costumbres de esta región. Así, no es de extrañar que podamos encontrar un Museo de Aguas, un bien escaso en Alicante. La manera de canalizar las corrientes hasta la ciudad y los ingenios alrededor de esta necesidad han moldeado en gran medida la cultura y costumbres alicantinas. En el Museo de Aguas podemos conocer algunos de los sistemas de canalización utilizados desde hace siglos. Precisamente, junto a este edificio encontraremos los Pozos de Garrigós, herencia de una época en la que la costumbre de guardar el agua de la lluvia en pozos entronca directamente con la tradición de los aljibes musulmanes. Muestra de esta simbiosis cultural es la Basílica de Santa María, que originalmente era una mezquita de la que todavía se conservan algunos resquicios.
Pero la provincia de Alicante tiene muchos más enclaves donde disfrutar de un turismo diferente, menos masificado. Eso sí, para desplazarnos con la libertad y autonomía que este tipo de turismo requieren, necesitaremos un vehículo propio, o al menos uno alquilado. En el caso de las segunda opción, algunas páginas como, por ejemplo,http://www.alquilerdecoches-online.es ofrecen diferentes tipos de vehículo, a todos los precios y en la mayoría de ciudades de España.