En Castilla y León se encuentra la histórica ciudad de Toro, un lugar muy reconocido por la calidad de sus vinos.
Conocer este estupendo poblado y disfrutar de un magnífico paseo por sus callejuelas, da la sensación de adentrarse en la historia de Castilla y León, debido a sus interesantes conjuntos monumentales.
El actual trazado del término municipal da cuenta de lo que fue la primitiva cerca defensiva a través de los restos del Castillo y la Torre del reloj, además de la segunda muralla de la que aún se mantienen en pie varias puertas como la de Corredera y del Postigo.
De los monumentos civiles sobresale el Palacio de las Leyes, del cual sólo se conserva la fachada, y los palacios de los condes de Requena, de los marqueses de Alcañices y de Castrillo. En tanto que de la arquitectura civil destacan el Ayuntamiento, el teatro Latorre, la casa-museo de Delhy Tejada y la plaza de toros, ésta última construida en 1828 y que está siendo restaurada.
Toro contó con importantes fundaciones monásticas, de las cuales perduran los conventos del Sancti Spiritus, que cobija una notable colección artística; de Santa Clara, que conserva el sepulcro de la infanta doña Berenguela; de Santa Sofía, característico por sus tallas de la escuela de Juan de Juni, y de la Purísima Concepción, en el que es posible apreciar una interesante colección de ornamentos litúrgicos.
Aproximadamente una docena de iglesias dan lugar a la increíble Colegiata, de origen románico, cuya construcción fue iniciada en el siglo XII. La iglesia colegial de Santa María exhibe al viajero el pórtico de la Majestad, repintado en el siglo XVII y respetando su policromía original.
Para el descanso, la ciudad de Toro pone a disposición del viajero una amplia oferta hotelera y de alojamientos de turismo rural en cada uno de los pueblos de su comarca.
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