Teruel, capital de la provincia homónima, pertenece a la comunidad autónoma de Aragón. Se trata de una pequeña ciudad, que guarda diversos vestigios de la ocupación árabe en la región, como ser la arquitectura y el estilo de urbanización. Su arquitectónica mudéjar fue declarada Patrimonio de la Humanidad por su enorme valor e interés.
Marcada por la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra, esta acogedora urbe invita a sus visitantes a recorrerla. Comenzando por la Catedral de Santa María de Mediavilla, la cual data del siglo XII, que es considerada el monumento de mayor envergadura de la ciudad.
El Convento de San Francisco es también una buena alternativa para continuar con el itinerario. Fue construido en el siglo 1391 y conserva hermosos tapices.
De paso por el Mausoleo de los Amantes de Teruel, situado en una capilla junto a la Iglesia de San Pedro, conserva numerosas esculturas de los amantes.
Por su parte, en la Torre del Salvador, es quizá la torre mejor conservada de Teruel. Luego puede proseguir por conocer la Torre San Martín, la de mayor antigüedad de la zona, y la Torre San Pedro, ubicada junto a la Iglesia del mismo nombre.
Si lo que busca es divertirse, le recomendamos trasladarse hasta Dinopolis, un parque temático cultural que cuenta con un «Circuito Jurásico» y todo acerca de los dinosaurios, desde su historia, hasta un museo con fósiles e, incluso, un cine de tercera dimensión. Ideal para disfrutar en familia.
Las zonas céntricas más importantes son la Plaza del Torico y la plaza de San Juan, a las que se accede atravesando angostas callejas de origen medieval.
De las murallas que originalmente protegían la ciudad poco queda ya, solo se conservan cuatro de sus torreones.
El Paseo del Óvalo, el Palacio Episcopal, y el Acueducto de los Arcos son otros de los sitios que vale la pena recorrer.
En Teruel no sólo podrá descansar, sino que también conocerá las muestras vivientes más espectaculares del arte mudéjar. ¿Qué más se puede pedir?
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