Tazones: pueblo de mar con gran encanto

A orillas del mar Cantábrico y próximo a Gijón, se encuentra Tazones, un pueblo marinero, en donde la sidra y los mariscos deleitan el paladar de los visitantes. Este lugar que no supera los trescientos habitantes, gracias a su recoleto puerto pesquero y a su cercanía a los majestuosos Picos de Europa, posee el encanto especial de los pueblos de mar y de montaña.
Por estas tierras abundan las historias. Hay quienes dicen que aquí desembarcó Carlos V en 1517 para ser coronado, mientras que otros no dudan en alabar su exquisita gastronomía a base de  pescados. Por todo esto y mucho más, Tazones ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico del Principado de Asturias.
Su pequeño puerto invita al paseo. Caminando por su arteria principal, es posible observar la lonja de pescado y mesas que tientan a todo aquel que transite por allí.
Lo primero que encontramos al arribar a esta localidad es el edificio de su iglesia parroquial. De ahí en adelante, es posible toparse con interesantes alicientes. Sin embargo, al descender por el camino que conduce al puerto, el panorama es completamente distinto. Por esta zona las calles empedradas parecen amontonarse en torno a las casas bajas. De las viviendas, sobresale visiblemente una que está cubierta de conchas, el resto posee tan solo una fachada austera con un viejo balcón de madera, de cara al mar, por lo general pintado de azul.
Cada atardecer arriban al puerto las embarcaciones con la pesca del día. Pero también este lugar sirve de escenario para la celebración de la fiesta de San Roque, en la que se realiza la clásica procesión de lanchas.
Asimismo, existen numerosas rutas señalizadas que conducen a los yacimientos de huellas de dinosaurios. Sin dudas, imperdible.

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