Adentrándonos en la provincia de Valencia, más precisamente en el Valle de Ayora, llama poderosamente la atención el encanto del paisaje surcados por los ríos Júcar y Cabriel, en donde hay atractivos caseríos que constituyen el cobijo ideal para los amantes de la vida al aire libre y el turismo rural. Hablando específicamente de Ayora, la capital del valle, allí es donde se atesora Cautelar de Meca, un antiguo poblado ibérico de especial interés histórico y artístico.
Gracias a la naturaleza y el esfuerzo de los ayorenses, fue conformándose este enclave en un centro turístico del interior de Valencia, lo cual se evidencia en su amplia oferta de casas rurales o de alquiler, actividades culturales y de excursiones para apreciar de cerca la riqueza natural del Valle de Ayora.
Sin embargo, no caben dudas que de todo su patrimonio se destaca el pueblo ibérico de Castellar de Meca, una auténtica joya que permanece oculta en el Valle de Ayora. Se trata de un antiguo poblado en el que se conservan vestigios que se remontan al siglo VIII a. de C. de los primeros habitantes de la zona. Un tanto más antiguas son las pinturas rupestres del Abrigo del Sordo, que se hallan en los alrededores de aquel poblado.
Castellar de Meca está ubicado a aproximadamente diez kilómetros de Ayora, sobre una colina de gran altitud de la Sierra de Mugrón. En este yacimiento es posible observar el viejo trazado de las vías del ferrocarril, al igual que la arquitectónica de las construcciones de los antiguos pobladores, una verdadera fortaleza natural a la que solamente podía accederse por un camino sinuoso excavado en la roca caliza.
Las ruinas de esta ciudad ibérica conforman un impactante conjunto y testimonian la envergadura de esta espectacular ciudad-fortaleza, que supo ser uno de los centros principales de la cultura íbera.
Otros de los encantos del Valle de Ayora residen en sus costumbres, rutas de senderismo, excursiones por el río y una exquisita gastronomía.
Uno de los pueblos que merecen ser visitados es Cofrentes, que sobresale por su castillo y su balneario. Se encuentra situado en la cima de una colina rodeada por las aguas del río Júcar, por el cual se puede navegar para conocer mejor el paisaje, y el Cabriel. En las cercanías están el volcán de Cerro Agrás y la fuente de Tollo.
Por su parte, en Jalance puede visitarse la Cueva de Don Juan, en la que abundan las estalagmitas y estalactitas, y donde se hallaron importantes restos arqueológicos del periodo Mesolítico y de la Edad de Bronce.
En el recorrido podemos incluir también a la villa de Jarafuel, sitio en el que es posible conseguir todo tipo de artesanías.
La ruta finaliza en Zarra, pueblo de calles pintorescas, y Teresa de Confrontes, muy popular por su paraje de Las Quebradas en el que abundan las cavidades y simas.
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