Una de las rutas con más encanto y belleza de Galicia la encontramos visitando la Costa de la Muerte, pero ¿desde dónde? Tenemos varias alternativas y hoy nos vamos a centrar en la que comprende la zona oriental.
Nuestro punto de partida: Caión. Una villa en donde antiguamente imperaba la pesca y hoy podemos disfrutar de la herencia que ha quedado en forma de gastronomía en sus restaurantes. Si hablamos de cosas que ver, deberíamos comenzar por su centro, en donde se encuentra el Pazo del Conde de O Graxal, además merece la pena una visita al convento de San Agostiño y a la iglesia de san Xurxo.
Dirección Baldaio y a disfrutar del camino
No hablamos por hablar si decimos que esta zona alberga una de las reservas naturales más bonitas de la zona, además de unas playas que son especialmente atractivas en verano y en otoño. Su fauna y flora, tan diversa, hace que este recorrido tenga un carácter especial en cualquier época del año, aunque de prestar atención, recomendamos las aves migratorias, las cuales se pueden observar a lo largo del recorrido.
A pesar de que estas playas son de gran belleza, la gran esperada por los turistas que conocen bien la zona, la encontraremos más adelante. Se trata de Razo, con cerca de 6 kilómetros de longitud y con una bandera azul otorgada por EU. Un lugar en el que son frecuentes los avistamientos de delfines y que resulta perfecta para practicar surf.
Una mención especial al monte Neme, que quedaría a nuestra izquierda y que aún hoy es un lugar de culto, especialmente en las noches de San Juan. Y terminaremos hablando de Buño, localidad que encontraremos en la ruta entre C arballo y Malpica y que cuenta con una increíble tradición de artesanía, que merece la pena tener en cuenta si queremos llevarnos un recuerdo.
Tradición pesquera para deleitarse
Malpica, nuestro punto de destino, es un pueblo pesquero que, posiblemente, cuenta con la mayor actividad de toda la costa. Son bien conocidas en la zona las subastas de pescado por su calidad y su buen precio, que deben saber negociar los entendidos en pescados y mariscos.
Un lugar desde el que podemos llegar a Ponteceso y a la aldea de Mens, donde destacan sus reconstruidas torres que datan del siglo XII y que llaman rápidamente la atención de los visitantes. Un lugar mágico que completa una perfecta ruta, por el norte español.