El paisaje compuesto por montañas y valles que encontramos al adentrarnos al norte de la provincia de Alicante conforma un increíble escenario natural, donde además es posible participar de numerosas propuestas de turismo activo o realizar algún deporte de aventura, para disfrutas de la vida al aire libre.
Dicho entorno contrasta visiblemente con el carácter masivo de los principales centros turísticos de la Costa Blanca, pues en el interior lo que más sobresale es su paisaje rural, de enorme riqueza ambiental y paisajística, motivo por el cual buena parte de este enclave ha sido declarado zona protegida e integra la red europea Natura 2000.
Además, por esta zona existe una gran cantidad de vestigios que pertenecieron a los antiguos pobladores y que atraen mucho al turismo cultural, como las fortalezas medievales, asentamientos moriscos, los pozos de nieve y excelentes muestras de arte rupestre.
Sin dudas, el interior de Alicante permite al visitante estar en contacto directo con la naturaleza, gracias a sus poco más de seiscientos kilómetros de senderos y la vía verde del Serpis que propicia el cicloturismo. Para hacer más apacible el paseo, hay una amplia oferta de alojamientos rurales y exquisita gastronomía.
Alicante es una provincia que todavía tiene mucho por descubrir, por lo que explorar el interior de la misma es una experiencia gratificante. Aquí, se puede practicar espeleología, senderismo, escalada, bicicleta de montaña y barranquismo, entre muchas otras actividades de turismo activo. Además de numerosos senderos, hay diferentes rutas que pueden realizarse, así como 250 simas, 25 barrancos y atractivas vías verdes para explorar.
En contraste con otras zonas de España, su agradable clima es ideal para la práctica de deportes de aventura todo el año.