Guadalupe es una ciudad de gran encanto que está situada en Extremadura y que atrae a los visitantes, entre otras cosas, por su colosal monasterio que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Este pueblo, que cuenta con el honor de haber sido declarado conjunto histórico, se alza en torno al santuario, que data del siglo XIII, cuyo máximo esplendor lo alcanzó entre los siglos XIV-XVII, tras convertirse en un destacado centro cultural y científico.
El caso antiguo, conocido como La Puebla, aún conserva su trazado medieval e interesantes muestras de arquitectura popular, entre las que se incluyen soportales, recoletas plazas y atractivos balcones en voladizo. En sus orígenes, sirvió de residencia para los siervos del monasterio. Su mayor tesoro es, sin dudas, el monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, popularmente conocida como la Capilla Sixtina española, que fue construido a pedido de Alfonso XI con el propósito de conmemorar su victoria obtenida en la batalla del Salado ante los árabes.
Si bien la estructura es de un claro estilo gótico-mudéjar, las sucesivas reformas que allí se realizaron hacen que sea posible ver ciertas líneas barrocas y reacentistas. Pero entre los espacios que se conservan intactos se encuentra el claustro mudéjar, por cuya portada plateresca se accede al coro, donde está el sepulcro del pintor Gonzalo de Illescas. Otra de sus joyas es la sacristía, que posee cinco bóvedas de medio punto que se alzan sobre pilastras donde pueden observarse ocho lienzos, obra de Francisco de Zurbarán. La iglesia, el coro y la imponente fachada barroca son otras de las obras de arte que captan la atención de los visitantes. En la Sala Capitular, actualmente convertida en museo, se conservan unos 82 libros de coro así como grandes códices que datan de los siglos XV al XVIII.
Tampoco es posible dejar de mencionar el Museo de Bordados, el relicario, el camarín de la Virgen y el Museo de Pintura y Escultura. En este último, se exhiben obras de Goya y El Greco, entre otros grandes artistas.