La Ruta del Jamón

En el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, hay una zona destinada a la crianza de cerdos ibéricos para la producción del jamón de Huelva, considerado el mejor del mundo.
La Ruta del Jamón de Huelva empieza en Aracena, localidad que entre los siglos XIX y XX  era el lugar elegido por la realeza española y los aristócratas sevillanos para vacacionar. Esta región estuvo dominada por los celtas, árabes y portugueses, así como por los monjes-soldados del Temple. Su principal atractivo es el castillo de Aracena, construido por los portugueses sobre los restos de una fortaleza islámica anterior, que integraba la línea defensiva del valle del Guadalquivir. Junto al castillo se alza la iglesia de Nuestra. Señora del Mayor Dolor, templo de estilo gótico y románico, cuya construcción fue iniciada durante el siglo XII. Además, vale la pena incluir en el recorrido al Museo del Jamón y del Cerdo Ibérico. Aquí, cada tercer fin de semana de octubre, se celebra la Feria Regional del Jamón y del Cerdo Ibérico.
Rumbo a Linares de la Sierra, el viajero descubrirá este encantador pueblo blanco localizado en un valle profundo, lleno de alcornoques y encinas, que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Continuando en dirección a Alájar, la Iglesia de San Marcos es la visita obligada.
Separada a menos de 1 km de Alájar, se encuentra la Peña de Arias Montano, una montaña de piedra caliza en la que se sitúan algo más de 30 grutas naturales, en su mayoría habitadas desde tiempos prehistóricos.
Al llegar a Fuenteheridos, merece la pena visitar la fuente de los Doce Caños, de la cual brotan más de dos millones de litros de agua al día. Además, el viajero se puede acercar hasta los Jardines de Onuba, que alberga alrededor de 100 especies vegetales originarias de América, Asia y África.
Otro de los destinos incluidos en esta ruta es Castaño del Robledo, donde se encuentran los Riscos Altos (962 m), el punto más alto de Huelva, famosos por conservar un interesante bosque de robles melojos. Seis kilómetros más adelante está Jabugo, pueblo circunscripto por frondosos bosques, en su mayoría de encinares, que dispone de magníficos enclaves naturales, como por ejemplo El Becerro y la Cueva de la Mora. Prosiguiendo la travesía, el turista se topará con Galaroza, una villa de casas blancas y calles empedradas en cuyo entorno se encuentra El Talenque, área recreativa que intefra el Parque Natural, además del cerro de Santa Brígida, desde donde se obtienen increíbles vistas panorámicas de la localidad.
Continuando por Santa Ana la Real, resulta interesante visitar el cerro Castillejo y los Chorros de Joyarancón, un salto de agua de aproximadamente 50 m de altura cuyo caudal aumenta considerablemente en época de lluvia.
La siguiente parada es en Almonaster la Real. En su núcleo urbano, se hallan el castillo-fortaleza, construido con fines defensivos, y una mezquita del siglo X que fue transformada en iglesia cristiana tres siglos después. 
Para completar la ruta, el viajero debe pasar primero por Cortegana, localidad rodeada por la Sierra Pelada y la rivera del Aserrador; finalizando en Aroche, sitio en el que se destaca Piedras del Diablo, un conjunto dólmenes y monumentos megalíticos de especial interés.

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