La localidad oscense de Grañén está acostumbrada a recibir turistas que buscan casas rurales, naturaleza, restor históricos o la hospitalidad de sus gentes. Sin embargo, el pasado 22 de diciembre la población de la comarca de los Monegros se llevó una nueva excusa, y buena, para llamar a los turistas a visitar sus calles.
Nada menos que el Gordo de la Lotería de Navidad, que caía íntegro en la administración número 1, regentada por María Pilar Azagra, y que fue distribuido entre los vecinos de Grañén, excepto unos pocos décimos que fueron repartidos en Huesca y Tardienta, por bares de la zona, y en Sodeto, por una asociación de amas de casa.
Ya se sabe que las supersticiones acuden en masa a todo lo que huele a lotería, y la suerte que sonrió a Grañén puede suponer un empujón también para el turismo de la zona. Desde la mañana siguiente al sorteo de la Lotería de Navidad, la administración número 1, situada en la calle de Joaquín Costa, viene teniendo fija una buena cola de personas esperando comprar décimos de la Lotería del Niño para el próximo 6 de enero. Y es que esta administración no se ha limitado a vender un Gordo de Navidad íntegro, también repartió dos meses y medio antes casi cuatro millones de euros por un premio de la Bonoloto, y tres años antes había repartido también décimos premiados con nueve millones de euros de la Lotería Nacional.
Así, a la iglesia de Santiago apóstol, los restos medievales o las casas rurales se unen estos días los décimos de la Lotería del Niño como atracción para los turistas. Casualmente, desde el día del sorteo del Niño, día de Reyes, se podrá disfrutar también en Grañén de las fiestas de San Julián, que tienen su plato fuerte el 7 de enero, un día después del sorteo.