Haro es un municipio de La Rioja que atrae a los turistas no sólo por su patrimonio cultural y artístico sino por la “Batalla del vino”, una de sus principales celebraciones.
El Casco Viejo, conocido como «Herradura», se halla en la zona de Intramuros, la más antigua de la ciudad, la cual estuvo protegida por una muralla hasta el siglo XV. Esta zona estuvo habitada por cristianos, árabes y judíos, quienes vivían en barrios separados.
Uno de los edificios más importantes de la población es la Parroquia de Santo Tomás, un templo de estilo gótico tardío, cuya fachada contrasta visiblemente con la elegancia de su interior. Dispone de un órgano barroco con 1700 tubos.
El Palacio de los Condes de Haro, situado en la misma plaza de la iglesia, es otro de los monumentos de interés.
También, se destacan el Palacio de Paternita, de estilo plateresco, la Basílica de Nuestra Señora de la Virgen de la Vega, originaria del siglo XVIII, y el ex Convento de los Agustinos, actualmente transformado en hotel.
La historia de Haro se halla íntimamente ligada al vino, pues el cultivo de la vid fue introducido en la región por los romanos. Desde entonces, y gracias a factores tales como la variedad de la uva, el clima y las propiedades del suelo, se producen en Haro vinos de excelente calidad, para lo cual se valen de un método de crianza en barricas de roble. Esto explica porqué Haro es considerado la capital del Rioja.
Incluso, cada 29 de junio se celebra la Batalla del vino, una Fiesta de Interés Turístico Nacional, que tiene lugar en los Riscos de Bilibio, un paraje situado a 6 km al norte de la localidad. El festejo consiste en remojar con vino tinto a la multitud de participantes, quienes deben vestir de riguroso blanco para la ocasión. La fiesta culmina en la plaza de toros, en donde se sueltan varias reses. Realmente, imperdible.
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