El Parque Natural Las Bardenas Reales, ubicado en el límite entre Navarra y Aragón, es poseedor de un paisaje árido único que invita a realizar un recorrido lleno de retos a través de su geografía, conduciendo al visitante por páramos desérticos y roquedales inhóspitos.
Este parque, que se extiende a lo largo de casi 42.000 hectáreas, por sus características se asemeja al gran desierto del Mojave, localizado en los Estados Unidos, en especial en la parte de la depresión de la Bardena Blanca. El espectacular paraje puede recorrerse tomando algunas de las rutas señalizadas que hay para 4×4.
Es preciso señalar que las Bardenas no posee núcleos poblacionales, a pesar que las puertas de acceso a este paraje desolado son Arguedas, por el este, y Carcastillo, por el norte.
Al sumergirnos en el interior de las Bardenas podremos comprobar a simple vista la existencia de tres paisajes bien distintos en un solo paraje. En primer lugar se encuentra el Llano, una meseta desiada con una mínima erosión. Luego, veremos la Bardena Blanca, donde las planicies se combinan con los barrancos y cabezos. Por último, apreciaremos la Bardena Negra, cuyo paisaje está compuesto por mesetas de diferentes alturas.
Vale decir que si visitamos el Parque Natural de las Bardenas, no podermos irnos sin habernos sacado una foto en el Castildeterra, impactante momumento natural cuya forma se asimila a la de una pirámide truncada. Para apreciar mejor el encanto de este parque, es conveniente acercarse al Mirador de Pilatos, situado en la Bardena Negra, próximo a la Reserva Natural del Rincón del Bu.
Los más aventureros seguramente se animarán a pasear por las Bardenas en segway, una suerte de patinete eléctrico de dos ruedas. Aunque también lo pueden hacer a caballo. La duración y longitud de las rutas varían y parten desde Arguedas o bien desde la carretera de Tudela, en la zona de acceso a la reserva.
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