Si hablamos de viajar a un paraje natural, exótico y con naturaleza virgen que nos ayude a disfrutar de una experiencia única, el lugar que debemos escoger es, sin lugar a dudas, Chiapas.
Uno de los estados independientes de México ubicado en el sureste y que cuenta con dos atractivos turísticos de los que te dejan boquiabierto: la zona arqueológica de Palenque y las cascadas de Agua Azul, pero ¿qué otras cosas podemos disfrutar en nuestro viaje? Saca lápiz y papel que vamos a ofrecerte todas las claves.
El azul más puro
Las cascadas de Agua Azul son de esas postales que te cambian la vida. Imaginen una vegetación de un verde intenso, la brisa constante en el rostro y el sonido del agua como escenario, pero lo mejor aún está por llegar. Un recorrido de 4 kilómetros de cascadas del río Agua Azul en su descenso a través de la carretera de Palenque. Un lugar inolvidable que se localiza a 133 kilómetros de san Cristóbal.
Además de este azul, merece la pena sumergirse en las aguas de la Laguna Miramar. Considerado uno de los pocos tesoros de selva virgen que quedan en el mundo. Además de una de las más grandes, con 2.000 hectáreas de superficie y totalmente libre de cualquier tipo de construcción a su alrededor. Es por ello que forma parte de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules.
Inolvidable también el Volcán Tacaná, la máxima cumbre al sureste mexicano con más de 4.000 metros de altitud. Gracias a esto ofrece la posibilidad de diferenciar varios niveles del clima de los ecosistemas que lo rodean, desde selva alta a helechos arbolescentes.
San Cristóbal de las Casas
Ciudad colonial que merece la pena tener en cuenta en nuestra visita al sur de México. Se encuentra a unos 45 kilómetros en la autopista Tuxla Gutiérrez y lo más impresionante es que su riqueza cultural se remonta al siglo XV, aunque la diversidad étnica que pasó por este lugar fue enriqueciéndola con el paso de los siglos.
La clave del lugar: un clima constante y una ubicación estratégica. Hoy, es lugar escogido por multitud de turistas que desean conocer la mezcla de estilos que la componen. Para ello, entre las visitas obligadas estaría la Iglesia de Santo Domingo, cumbre del barroco centroamericano; además del Zócalo, el museo de trajes regionales y el Auditorio.