En el valle de Benasque, encontramos a Chía, una ciudad que se levanta a los pies de la sierra homónima, en la provincia de Huesca. Para llegar hasta aquí es preciso hacerlo desde Castejón de Sos, tomando el desvío que señala el camino para llegar a Chía, el pueblo que conserva el encanto de antaño a pesar del paso del tiempo.
Chía es un pueblo que cuenta con aproximadamente 130 habitantes empadronados, pero hay que tener en cuenta que durante la época invernal se llena de gente porque cientos de esquiadores arriban a los Pirineos para disfrutar de la nieve y los deportes de invierno. De todos modos, el verano también es un buen momento para viajar a Chía ya que al margen de la práctica de diversos deportes, es posible realizar excursiones a ermitas y otros monumentos de interés.
Entre los principales referentes de la arquitectura religiosa, se pueden visitar dos templos románicos, como es el caso de la iglesia de San Vicente, una construcción del siglo XIII que todavía conserva los crismones de origen románico, y la ermita románica de San Martín, una verdadera muestra de la arquitectura medieval.
La religión, como en la mayoría de los pueblos de la región, se encuentra relacionada con las fiestas populares. En Chía, es posible participar de las fiestas mayores, con motivo de la Virgen de la Encontrada, el 8 de septiembre. Asimismo, durante todos los sábados de mayo se llevan a cabo romerías a la ermita, momento en el cual los visitantes tienen la posibilidad de aprovechar para apreciar el recorrido, admirando el entorno natural y disfrutando de la gentileza de los lugareños.
Para aquellos que prefieren optar por realizar excursiones y paseos, ya sea en soledad o compañía reducida, Chía funciona como un excelente punto de partida ya que desde allí se inicia la pista forestal, que supera los 20 kilómetros y pasa por los valles de Benasque y Gistaín así como por el puerto de Sahún.
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