El escenario escarpado de Cabo Tiñoso, característico por sus imponentes acantilados verticales que se alzan sobre la costa y sus aguas templadas, lo convierten en un espacio digno de ser retratado. Su ubicación estratégica, en la confluencia de dos bahías, ha convertido a Cabo Tiñoso en una de las zonas más maravillosas del Mediterráneo puesto que permanece prácticamente intacta por ser un sitio de difícil acceso.
Situado en la provincia de Murcia, entre Cartagena y Mazarrón, Cabo Tiñoso ha sabido permanecer indemne a la acción del hombre. Esta zona se caracteriza por tener costas sobre altos cantiles verticales y suelos difíciles de transitar, debido a las intensas aguas torrenciales que originaron ramblas y barrancos.
Sin embargo, desde la antigüedad estas costas han sido muy apreciadas por los conquistadores producto de su localización estratégica, quienes dejaron un interesante legado en forma de miradores en toda la línea de la costa.
Actualmente, su condición de inaccesibilidad puede ser comprobada al apreciar la gran diversidad de especies que habitan en el medio submarino, como algas, crustáceos y moluscos gasterópodos. En toda la zona abundan túneles y cuevas submarinas, originadas por desprendimientos de rocas, como es el caso de la Cueva de la Virgen, la de la Herradura y la Cueva del Lago, que son las más conocidas por los buceadores por su asombrosa belleza.
Además de su fauna y flora marinas, en diversos puntos de la costa se han hallado incontables restos arqueológicos pues, a lo largo de su historia, Cabo Tiñoso ha formado parte de vías comerciales importantes. Por lo que diferentes culturas, como la romana, fenicia y griega, dejaron interesantes huellas en el fondo del mar, como restos de barcos, monedas y utensilios, muchos de los cuales son exhibidos en el museo de Cartagena, aunque todavía quedan algunos restos sumergidos en el mar.