Para disfrutar a pleno de un buen descanso, lejos del bullicio habitual de la ciudad a la que estamos ya acostumbrados, qué mejor que elegir pasar unos días en Benitagla, un municipio andaluz que pareciera haberse detenido en el tiempo.
Sus casas, todavía mantienen intactas sus fachadas encaladas así como sus tejados de pizarra, típicos del siglo XVI. Además, aunque pueda resultar un tanto curioso, no existen bares ni nada que se le parezca en esta localidad. Por lo que visitar este destino es como hacer un viaje por el túnel del tiempo.
Entre los restos que pueden apreciarse de su pasado histórico se hallan las torres defensivas, que se erigen en la Alquería de Aldabía. Representan un excelente legado de los árabes, durante su época de dominación, aunque además presentan una combinación peculiar con el estilo de la cultura promovida por los cristianos.
Su casco urbano cuenta con la particularidad de alzarse en torno a un imponente y añejo árbol, el cual se encuentra ubicado en el centro de la plaza principal de la población. Durante el paseo, vale la pena visitar la Iglesia parroquial, de estructura pequeña pero no por eso menos interesante.
Si bien Benitaglia no cuenta con rutas para practicar senderismo, se puede apreciar fácilmente la naturaleza del lugar recorriendo sus alrededores. Este es el motivo por el cual esta localidad es elegida por los amantes del turismo rural, ya que su entorno natural se conjuga con los vestigios que dan cuenta de su pasado.
Si deseamos degustar algunos de los manjares típicos de la gastronomía local, podemos comenzar por probar los cocidos o el caldo de tomates y pimientos, y acompañarlos por supuesto con el vino propio de la zona.
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