Arcos de la Sierra es un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, escasamente poblado. Su principal atractivo deviene de su envidiable situación geográfica, pues se alza justo en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, considerado uno de los espacios protegidos más destacados del continente europeo. Esto hace que goce de gran relevancia no sólo a nivel turístico sino ecológico.
La particularidad de este pueblo reside en que aquí aún persiste la figura pública del pregonero, quien es la persona encargada de informar del arribo de comerciantes a la plaza.
Arcos de la Sierra se localiza de manera estratégica encima de una colina, justo al lado de la orilla del río Trábaque. Se cree que dicha ubicación no es casual, sino que se debió a una clara medida defensiva ante un posible ataque enemigo.
Por otro lado, en el término municipal pueden encontrarse diversas sepulturas, que son básicamente cavidades en la roca que fueron creadas varios siglos atrás. Si bien se desconoce su origen se piensa que, por las dimensiones y la orientación de estas cavidades, pertenecen al período de dominación cristiana.
Si de ocio se trata, qué mejor que dirigirse entonces a la entrada del pueblo, donde se ubica la principal zona recreativa. La misma, contiene canchas de fútbol y baloncesto, merendero, un parque infantil y un frontón. Aquí, es posible practicar diversos deportes y aprovechar a merendar al aire libre.
Otro de los sitios que vale la pena visitar es el Museo de interpretación de la naturaleza autóctona y etnología de Arcos de la Sierra, donde puede aprenderse mucho acerca de la fauna y flora autóctonas, así como del conjunto de tradiciones populares.
También, podemos hacernos un tiempo para practicar Paintball o, mejor aún, tomar la ruta del Picayo.
Imagen:
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