Albacete, sin dudas la capital con mayor cantidad de habitantes de Castilla-La Mancha, cuenta con rincones singulares para conocer, como pasajes, plazas y edificios de gran atractivo.
La Catedral de San Juan Bautista, construida en el siglo XVI, auque fue finalizada en las postrimerías del siglo XX, constituye una visita interesante para iniciar el itinerario. Cuatro grandes columnas renacentistas sobresalen en este templo, junto con la Sacristía y las tablas del Maestro de Albacete. La catedral está dividida en tres naves de igual altura, presentando una mezcla de estilo jónico y gótico.
El Museo Municipal de la Cuchillería, situado en la “Casa de Hortelano”, en pleno centro de la ciudad, está dedicado a reconstruir la memoria del arte propio de Albacete a través de elementos materiales: la cuchillería.
Merece la pena dar un paseo por el Centro de Interpretación y Sensibilización para la Paz, ubicado en un antiguo refugio antiaéreo de la Guerra Civil que funcionó durante 1937, justo en donde se halla la Plaza del Altozano. El lugar está dividido en cinco pasillos, en los cuales se llevan a cabo las exposiciones permanentes y temporales tendientes a informar sobre la acción de paz.
Mientras tanto, en el Museo del Niño, que es también el Centro de Documentación Histórica de la Escuela, se pueden apreciar diversos testimonios que dan cuenta de la historia de la infancia, de la educación y de la provincia de Albacete.
Continuando con el paseo a través de las calles peatonales, parques y jardines, llegará al Parque Abelardo Sánchez, el pulmón de la ciudad, que lo invita a pasar un rato agradable. Otros espacios verdes atractivos son la Fiesta del Árbol, los Jardinillos de la Feria y La Pulgosa.
No hace falta agregar nada más para convencerlo de que en Albacete podrá pasar una estadía tranquila, moviéndose al compás de los recovecos de la ciudad. Se lo recomendamos.
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