Cuando hablamos de cuidar el paladar, el norte de España sigue siendo uno de los principales lugares que siempre se recomiendan. Su gastronomía y su riqueza en especies marinas, hacen de él un destino para amantes del paisaje, pero también para todos aquellos que quieran deleitar a su paladar con palabras mayores.
Es el caso de Santander, lugar en el que hoy nos centraremos para ofreceros una guía gastronómica de lo más completo por si tenéis pensada una escapada a esta cuidad, tanto el medio como en el largo plazo. Desde luego nosotros, os lo recomendamos.
Pescadero, pescador, pescaditos de la mar
Como decimos, la riqueza que tiene la zona norte de nuestro país en lo que a especies de mar se refiere, lleva a la mesa una gran variedad de productos que es interesante tener en cuenta a la hora de visitar la zona, porque también podemos llevarnos un regalo al gusto además de a la vista.
Hablamos de amayuelas y morgueras, como mariscos quizá más locales y más desconocidos para el público general, pero también podemos degustar unas estupendas almejas, quizá a la marinera, o bien calamares para ir abriendo apetito. Y es que, si queremos algo tradicional y de buena calidad, debemos optar por este tipo de productos.
A ellos se suma el pescado: salmonetes, lubinas, sardinas, panchos o bocartes son los más habituales en sus menús. Si lo que queremos es comprar uno de estos pescados, lo más recomendable para nuestra visita sería comenzarla por el Barrio Pesquero, situado en plena zona del puerto, en cuyos locales podemos degustar producto fresco y de primera calidad.
Dos zonas más para completar la degustación
El segundo lugar a destacar sería la zona de playa de El Sardinero, quizá la que mayor oferta gastronómica pueda poner sobre la mesa al visitante. Por eso es recomendable estudiar qué sitios entran en nuestra cata para poder aprovechar al máximo las virtudes que nos ofrecen.
Y en tercer lugar, si buscamos buenos precios y tenemos transporte, podemos optar por la zona de las afueras, quizá Corbán, donde tendremos la opción de acudir a restaurantes de siempre, con la calidad de hace años y precios asequibles a los tiempos de ahora.