Obejo es una tranquila localidad cercana a Córdoba, situada en Sierra Morena y cuya población se reparte en tres núcleos: el de la Estación, que de los tres es el menos habitado, el de Cerro Muriano, ubicado en la parte más alta del pueblo, y el histórico, que se halla un tanto aislado producto de las ineficientes vías de comunicación y las condiciones de la orografía de su entorno.
Accediendo al pueblo por la calle que conduce a Plaza España es posible apreciar de cerca la arquitectura típica del lugar que se manifiesta en sus casas blancas. También, puede observarse transitando por el entramado laberíntico de sus callejas los restos de una antigua fortaleza árabe, conformados por parte de sus murallas y torreones, que están ubicados junto al edificio de la Iglesia Parroquial de San Antonio Abad. Asimismo, al borde del camino viejo que va de Córdoba a Obejo se encuentran los restos del Castillo de Peñaflor y del Castillo de Lara.
En Las Torres, pueden contemplarse las torres cuadradas de mortero romano que rodean las murallas del viejo castillo. Además, en la parroquia de San Antonio Abad se exhiben diferentes elementos decorativos de distintas épocas y estilos, como por ejemplo dos capiteles corintios romanos.
En el pasado, predominaba en la zona la explotación minera, sobre todo en sitios como el arroyo de Pedrique, el Ronquillo Bajo y el Corral del Botijón, donde aún quedan algunas galerías y pozos.
Para disfrutar de la naturaleza de Obejo, sólo basta con recorrer el cauce del río Guadalbarbo que conduce hacia zonas de gran belleza y rica vegetación, con una variedad de paisajes que asombran. Por aquí, parten numerosos senderos y caminos que ofrecen interesantes recorridos entre olivares y encinas.
Otro de los parajes dignos de retratar es el de Los Conventos, situado en Sierra Morena; característico por su bosque mediterráneo, el cual está ligado a una leyenda por haber sido el sitio escogido por monjes mozárabes como espacio de retiro.