Montilla, es una encantadora localidad que cuenta con el privilegio de albergar numerosas bodegas, las cuales son consideradas por los lugareños como los santuarios del vino, lo que las convierte en sitios de visita obligada. Y es que en este pueblo si hay algo que abunda es el vino, de sabor y aromas inigualables.
Además, Montilla posee importantes yacimientos arqueológicos, que contienen restos pertenecientes a diferentes períodos, que van desde el Paleolítico hasta la época romana.
En lo alto del cerro donde se erige esta población se alza el Castillo de Montilla, una antigua fortaleza del siglo XVIII de la cual sólo pueden apreciarse algunos restos.
También, en un recorrido por el núcleo urbano pueden contemplarse diversos monumentos de gran valor, que convierten a esta localidad en el destino ideal para los amantes del turismo cultural.
La ruta turística nos conduce primero a la Casa del Inca Garcilaso, donde residió y escribió buena parte de su obra, y que actualmente acoge a la oficina de turismo.
Para apreciar sus edificaciones de carácter religioso, qué mejor que recorrer las Iglesias de Santiago, de San Sebastián, de Francisco Solano y la de la Encarnación. A ellas, se le suma el Convento de Santa Ana, un edificio de estilo toscazo en cuyo interior alberga un retablo mayor de gran historia.
Para finalizar la ruta, podemos visitar el Museo Histórico Local, que se destaca por es uno de los más didácticos de la comarca.
Por su ubicación, Montilla es el sitio adecuado para la práctica del senderismo y el turismo rural. Aunque también podemos aprovechar para dar paseos en bicicleta, y disfrutar de las maravillosas vistas que nos ofrece la Sierra de Montilla.
Imagen:
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