Tortosa, capital del Bajo Ebro, está situada en la provincia de Tarragona, Cataluña, muy cerca de la ciudad de Cambrils. Esta inquietante localidad española, ha sido declarada conjunto histórico-artístico ya que conserva claras muestras de arquitectura medieval, renacentista, barroca y modernista. Al tiempo que ofrece cautivantes enclaves naturales, deparándole una estadía única.
Para comenzar con el paseo, puede dirigirse hacia los Jardines del Príncipe que alberga una importante colección botánica, la cual incluye especies tanto autóctonas como de diferentes sitios del mundo. Allí mismo, se emplaza el Museo de Esculturas al aire libre, un espacio por demás interesante en donde se exhiben numerosas piezas escultóricas. El monolito central es, por cierto, lo más destacado del lugar.
La Catedral de Santa María, de estilo gótico, es el templo religioso de mayor envergadura de la ciudad. Fue construida sobre el antiguo foro romano y consta de tres naves con capillas laterales. Contiene la Exposición Permanente Santa María de Tortosa, de gran interés histórico.
Los Reales Colegios, que tradicionalmente sirvieron para la educación de los moriscos, son una muestra representativa de uno de los más sobresalientes conjuntos arquitectónicos renacentistas de Cataluña. El patio, de enorme belleza, alberga los bustos de los reyes de la Corona de Aragón. Próximo a este lugar, se erige la Iglesia de Santo Domingo que es la sede del Centro de Interpretación del Renacimiento, un verdadero espacio de recreación histórica.
Un itinerario interesante es aquel que comprende la ruta que lo lleva hacia los monumentos, murallas y fortificaciones de Tortosa. Durante el recorrido, que puede realizar a pie o en bicicleta, contemplará el castillo de la Suda, que contiene un cementerio árabe, la Plaza de la Inmaculada, el Paseo de Ronda y la Torre del Célio.
Por otra parte, el territorio de Tortosa cuenta con una gran variedad de paisajes y valiosos ecosistemas, brindados en parte por el delta del río Ebro y los macizos de los Ports de Tortosa-Beseit. El Ebro cobija una naturaleza virgen y exuberante, y es muy elegido por los pescadores. En tanto que los Ports de Tortosa-Beseit anidan numerosas especies de aves rupestres y de rapiña, al igual que cuantiosos ejemplares de animales autóctonos. Lo que se dice, una maravilla para los sentidos.
No hace falta dar muchas más especificaciones para convencerlo de que la ciudad de Tortosa es un sitio que movilizará sus emociones, no sólo por su historia sino también por su encanto natural.
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