Alboraya es un municipio que limita con la ciudad de Valencia, que conserva el sabor característico de los pueblos de la Comarca de L’Horta, con sus antiguas alquerías y barracas típicas de la zona.
En su término municipal hay numerosos edificios religiosos, como la iglesia parroquial de la Asunción de nuestra Señora, de origen medieval, las ermitas de San Cristóbal, Santa Bárbara, de Vilanova y del «Miracle dels Peixets«.
El casco antiguo conserva aún el trazado de sus calles, en torno a las cuales se erigen los edificios más representativos como son la Casa Señorial del Conde de Zanoguera, el Mercado Municipal, el Antiguo Matadero, el Teatro L’ Agrícola, el Puente del Moro y las Antiguas Escuelas, por mencionar solo algunos.
Al mismo tiempo, Alboraya posee 3.5 km de playas de arena blanca, que se unen a las de Valencia a través del paseo marítimo de la Patacona, por la playa de la Malvarrosa.
El paseo marítimo de la Patacona está conectado con el de las playas de la capital, apostándose en él, aparte de numerosos restaurantes de comida valenciana, la casa – museo de Vicente Blasco Ibáñez, famoso escritor valenciano.
Por su parte, Port Saplaya, separada de la Playa de la Patacona por el Barranco del Carraixet, es una urbanización en donde turistas y residentes pueden hacer uso del puerto deportivo y el Club Náutico, además de disfrutar del paseo peatonal que se extiende alrededor de toda la dársena.
Al mismo tiempo, Alboraya es un lugar estupendo para practicar deportes al aire libre, pasear por la playa o por sus huertas, ya sea pie o en bicicleta. Cruzar los pueblos de la comarca por el carril-bici, practicar deportes náuticos o montar a caballo, son tan sólo algunas de las actividades de las que puede disfrutar el visitante.
Por otro lado, en Alboraya hay dos barracas-museo que valen la pena visitar, a saber: la Barraca Didáctica y la Barraca Etnológica. La Barraca Didáctica, situada en la partida de Saboya, es una típica barraca valenciana de comienzos de siglo que pretende difundir los usos agrícolas y la arquitectura local valenciana, además del espacio y el estilo de vida de los campesinos valencianos. Mientras que la Barraca etnológica, que está ubicada en uno de los extremos del Paseo de Aragón, se pueden apreciar los aperos de labranza y los utensilios propios de las viviendas rurales.
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