Altea, situada a unos 50 kilómetros al norte de Alicante, es una bonita ciudad que se halla en medio de una bahía, la cual está protegida por una cadena montañosa. Se trata de uno de los destinos más atractivos de la costa del mediterráneo español.
Su blanco caserío se encuentra dispuesto en torno a un otero que corona la iglesia parroquial, que sobresale por su cúpula cubierta de tejas vidriadas azules, en claro contraste con los tonos blancos del pueblo.
Callejas empinadas, pequeñas plazas recoletas, agradables bares, algún que otro restaurante, centros de artesanía y un maravilloso mirador, que se erige junto al templo local, conforman una magnífica postal de la ciudad.
El entorno de Altea es realmente bello, conformado por la punta de Mascarat y el cabo de Toix, el Peñón de Ifach y, más al sur, el Faro de Altea.
En la parte de la costa se ubica la parte moderna, con un estupendo paseo marítimo y un importante puerto deportivo. También, en esta zona se localizan numerosos restaurantes, cuya especialidad son los platos a base de pescado y arroz.
En Altea, además de pasear, es posible disfrutar de los deportes marítimos, ya que existen numerosos amarres en diferentes puertos cercanos, también se puede practicar golf.
La orografía interior posibilita otras oportunidades de ocio. Unos pocos kilómetros separan el núcleo de la ciudad de entornos como el Puig Campana, de 1400 metros de altura, y la Sierra de Bernia, que supera los 1100 metros de altitud.
Incluso, si disponemos de tiempo, vale la pena visitar algunas de las localidades aledañas como Benidorm y Alfaz del Pi, así como las estupendas playas de la zona.