El asombroso paisaje mediterráneo de Mallorca

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La isla de Mallorca es la más grande del archipiélago balear.  Atrae a los visitantes por su magnífica costa y por sus paisajes privilegiados, conformados por playas, montañas, llanuras, además de importantes enclaves naturales e históricos.
Iniciando el paseo por Palma de Mallorca, su capital, es posible transitar por la Bahía de Palma, que es el punto de acceso a las playas de El Portixol, El Molinar, Coll d’En Rebassa, Can Pastilla y el Arenal.
En dicha bahía, se erigen otros sitios acogedores como Illetas, una pequeña ensenada rodeada de pinares, y Santa Ponça, una hermosa playa que lo invita a zambullirse en sus aguas transparentes.
La Sierra de Tramuntana, situada al noroeste de la isla, ofrece paisajes mediterráneos e importantes enclaves, donde el arte y la historia se hacen presentes. Un ejemplo de ello es Calvía, un poblado pintoresco en el que sobresalen la Iglesia Parroquial, de estilo  románico-gótico, y el Castillo de Bemdinat, construido en el siglo XVIII.
Luego, puede continuar el periplo por Cabo Andritxol y la playa de Camp de Mar, que posee  una isleta en el centro. Cerca de allí, se localiza el Puerto de Andraitx, desde donde puede partir hacia el casco histórico de Andraitx, que alberga lugares interesantes como la Iglesia Parroquial y la casa-palacio de Son Mas.
Puigpunyent,
un pueblo en el que predominan los olivares y almendros, es junto con  la Real Cartuja, lugar en el que residió Chopin, otro punto interesante a descubrir.
En la zona montañosa, se destacan por la calidad de sus paisajes el poblado de Deiá y la Bahía de Lluc Alcari.
La ciudad de Pollença, se alza en un enclave histórico y artístico. Aquí, podrá realizar una visita al Museo de Pollença, que organiza muestras de pintura, zoología y arte medieval, la Atalaya de Formentor, y el Castell del Rei. Pero lo más sobresaliente de esta franja es el Monte Calvario, que contiene una escalinata de 365 peldaños, y en cuya cumbre hay un oratorio del siglo XIV. A escasos kilómetros, se emplazan la Cala de San Vicente y la Playa de Formentor.
alcudiaPor su parte, en la ciudad medieval de Alcudia, quedará sorprendido con sus típicas casas palacio, su Iglesia Parroquial, la Puerta de la Ciudad, y el Teatro Romano.
Al sureste de Palma, resulta recomendable allegarse hasta Llucmajor, que cobija la Bahía de Pi e interesantes monumentos, como la Iglesia Parroquial y la Porta Murada, antigua puerta de la muralla.
Manacor, la segunda ciudad más importante del archipiélago balear, ofrece un gran número de atractivos dignos de visitar, como es el caso del Museo Arqueológico. En las proximidades, se halla Petra, en donde podrá conocer la Casa Natal del monje, el Monasterio, y la Ermita de Nuestra Señora de Bonany, situada en lo alto de una colina.
Si se encamina hacia Porto Cristo, que concentra buena parte de la actividad turística, se maravillará con las Cuevas de Drach, el Acuario y el Exotic-Park.
Mención aparte merece la increíble Bahía de Alcudia, una zona encantadora de la cual forma parte el Parque de la Albufera, ideal para disfrutar de la armonía natural mientras pasea por sus senderos.
En fin, esto es solo un ápice de los innumerables atractivos que dispone la isla de Mallorca, un lugar magistral que se combina a la perfección con el paisaje mediterráneo. Arme su propio itinerario y comience a soñar con sus vacaciones.

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