Hellín es una población ubicada al sureste de la provincia de Albacete, en el margen de la sierra del Pino, justo en el eslabón que conforma la Meseta con las depresiones y cuencas murcianas.
Su principal atractivo artístico es el castillo, de origen almohade, el cual se conserva en ruinas. Junto a él, se levantan numerosos edificios religiosos, como es el caso de la Iglesia de Santa María de la Asunción, la ermita de San Roque y el convento de los Franciscanos.
Al mismo tiempo, Hellín posee un importante patrimonio arqueológico, compuesto en su mayoría por pinturas rupestres y mosaicos de la época romana. Muchos de esos restos se encuentran en la cueva de Minateda en la que se hallaron un gran conjunto de pinturas rupestres, mayormente del Neolítico y Paleolítico, que aún siguen impresionando por la variedad de temas y la diversidad de estilos.
Otra de las zonas arqueológicas más destacadas de la comarca es El Tesorico, en donde se sitúa la Cueva de la Camareta, que constituye un espacio sagrado en el que se ha rezado desde la época tardorromana, y en el que aparecen inscripciones visigodas e hispanomusulmanas. Dicho lugar, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Para los amantes de las corridas de toros, nada mejor que visitar el Museo Taurino, en donde se exhiben carteles, maquetas de plazas de toros, trajes de luces y demás objetos.
Cerca de Hellín se halla el Barranco de la Mortaja, un yacimiento que cobija alrededor de 300 pinturas rupestres.
Por su parte, nada le sorprenderá más que conocer el pitón volcánico de Cancarix, declarado monumento natural en 1998 y que posee un gran valor geomorfológico, ya que es considerado como la mejor chimenea volcánica de tipo lopolito de la Península Ibérica.
En tanto que si lo que desea es combinar el descanso con la pesca, no existe mejor opción que ir al embalse de El Cenajo, en el que los aficionados a la pesca podrán encontrar barbo, carpa, y lucio.