Al arribar a Cartajima, pueblo situado en la Serranía de Ronda, el viajero apreciará los estupendos paisajes que rodean la ciudad, la cual es a la que mayor altura se encuentra de toda la serranía rondeña.
La sierra del Oreganal, al norte de la localidad, se caracteriza por ser una zona rocosa que es conocida como ‘Los riscos de Cartajima’ y que sorprende por su gran efecto visual. Este lugar es recomendable visitarlo con alguien que conozca cada uno de los rincones y las cuevas más interesantes. Al sur, predominan los bosques, estando el territorio cubierto de encinas, alcornoques y castaños.
El único monumento de Cartajima, más allá del monumento natural que representa su paisaje, es la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, levantada a comienzos del siglo XVI y reformada en varias ocasiones, la última a mediados del siglo XX. Si bien al principio el templo fue diseñado con tres naves, hoy en día sólo que una de ellas, parte del evangelio y la pila bautismal. En su interior, alberga algunas tallas de los siglos XVII y XVIII, una de ellas es la de la Virgen del Rosario, ubicada en la hornacina central.
En las afueras del casco urbano, se disponen los restos del castillo medieval, las termas romanas en la Cañada de Harife y la necrópolis romana, en el Cortijo del Ratón, además de los poblados medievales de Casapalma y Cartabón. Dichos yacimientos arqueológicos reconstruyen en cierta forma la historia de este pueblo, de la que no existe documentación alguna.