Recuerdos de Abla

Abla es una localidad de la Comunidad de Andalucía, situada entre Granada y Almería, dentro de cuyo territorio  incluye al núcleo poblacional Las Adelfas.
Ya desde la prehistoria, específicamente durante el periodo de los Millares, Abla disponía de diversos asentamientos. Luego, en el s. III a. C., fueron asentándose los íberos en el Castillo de Abla. También los romanos se sintieron atraídos por el encanto de este lugar, lo cual queda demostrado en un mausoleo romano que fue erigido para darle sepultura a un personaje relevante de la época. Dicho mausoleo, fue utilizado para fines diversos, pero lo que lo hizo perdurar hasta hoy es la Ermita a San Sebastián que allí funciona, aunque se encuentra en muy mal estado de conservación. También, resultan de interés para el visitante el Pedestal de Aviliano, ubicado en la plaza de San Antón, y la Ermita que lleva el mismo nombre, datada en el s. XVII.
Tras la reconquista a mano de los cristianos, el pueblo creció considerablemente. Así, por ejemplo, en 1629 fue construida la Ermita de los Santos Mártires, en homenaje a los patronos del municipio, Apolo, Isacio y Crotalo. Esta Ermita ha ido objeto de numerosas reformas.
Por su parte, la Iglesia Parroquial de Abla, separada del ayuntamiento por una calle estrecha, es casi una de las visitas obligadas, al igual que su plaza mayor, considerada una de las más bonitas de Almería.
Del pasado árabe, se conservan algunos restos de una alcazaba, situados en la parte más alta del pueblo. De ella, sólo quedan en pie algunos cimientos, parte de sus muros y un aljibe. Desde aquí, puede contemplarse el barrio del Castillo, que se caracteriza por su interesante arquitectura tradicional.
Aquellos que quieran llevarse un recuerdo de su visita a estas tierras, pueden comprar alguna jarapa en los talleres artesanos de Abla.

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