La Villa de Don Fadrique

La Villa de Don Fadrique es una población de la comarca de La Mancha toledana, poseedora de una interesante historia. Llamada en un principio Puebla de la Isla, la villa perteneció por espacio de cinco siglos a la Orden de Santiago.

La arquitectura tradicional es uno de los principales atractivos de este destino. Un ejemplo de ello es la Casa de Don Paco, caserón manchego que dispone de un diseño similar al de la Casa de los Laras. En el interior de esta antigua botica alberga una interesante colección de tarros de parafarmacia hechos en cerámica.  De modo que visitar este lugar es una buena manera de empaparse de la historia farmacéutica.

La Casa de Don Victor Jiménez es una construcción erigida a inicios del siglo XX, propiedad de una familia de viticultores y bodegueros de posición acomodada. Tanto en su puerta principal como en su esquina pueden apreciarse ciertos elementos de estilo modernista y «art decó» que componen su diseño.

En la Casa de Doña Higinia veremos una típica construcción manchega, cuya fachada destaca por sus rejas de antigua forja.

También puede visitarse la Casa de la Médica, construida en la década del 20 durante el siglo pasado. Llama la atención por su estética ecléctica.

Por su parte, la Casa de la Tercia es una edificación del siglo XVI que en sus orígenes fue una casa de bastimentos y pósito, luego utilizada por la Orden de Santiago.

La Casa de la Torrecilla es otra de las muestras de la arquitectura típica de la villa. Esta casa fortaleza fue utilizada por los vecinos como una especie de refugio durante el siglo XV. El edificio posee murallas,  una pequeña torre de piedra, «la Torrecilla», y un túnel que era utilizado como vía de escape en situaciones de apuro, que es conocido como la “Cueva de la Torrecilla».

Otros lugares que no pueden dejarse de visitar son la Casa de las Llaves, que se caracteriza por sus altos corredores y patio de columnas, la Casa de los Laras, casa solariega de fines del siglo XVII, la Casa del Conde, antiguo caserón que perteneció al Conde de Buenavista, y la Casa Parroquial, edificación construida por la Orden de Santiago en el año 1515 que fue usado como albergue de pobres y transeúntes.

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