La belleza natural de Guadalajara

Los paisajes de extrema belleza, así como sus alojamientos rurales y sus pequeños pueblos de gran encanto, convierten a Guadalajara en un destino de visita obligada.

La belleza natural que atesora  esta provincia castellanomanchega se puede apreciar mejor al visitar los pueblos de la arquitectura negra, en donde es posible aprender cómo se usaban los materiales del entorno. Algunas de las localidades que destacan por su riqueza patrimonial son Sigüenza, Hita, Palazuelos, Atienza, Molina de Aragón y Brihuega.

El Hayedo de Tejera Negra es uno de los parajes protegidos de mayor atractivo de la zona. Se trata de una de las formaciones de Fagus sylvatica más meridionales del continente europeo, que prevalece gracias a las óptimas condiciones microclimáticas del lugar.

Otro de los espacios protegidos más importantes de Guadalajara es el Parque Natural del Alto Tajo, cuya superficie de 105.721 hectáreas se extiende por 35 municipios de la provincia de Guadalajara y 2 de Cuenca. Este parque natural dispone de grandes extensiones de planicies surcadas por las aguas de los ríos Tajo y Gallo, que fueron creando con el paso del tiempo profundas gargantas y hoces. Los tonos verdes y ocres que predominan en el paisaje son brindados, sobre todo, por diferentes especies de árboles, como robles, sabinas, pinos y quejigos.

También, se recomienda visitar la Hoz de Pelegrina en el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, que se localiza en la zona de las Altas Tierras de Sigüenza. Este paraje se caracteriza por su riqueza, así como por su excelente estado de conservación.

Imagen:

Wikipedia