Excursiones y rutas por Zaragoza

Zaragoza es una de las ciudades monumentales más importantes de España, poseedora de un gran legado histórico heredado de sus antiguos pobladores. En sus alrededores, vale la pena emprender diferentes rutas, que prometen hacer de su viaje una experiencia única.
La Ruta Mudéjar, nos conducirá directo a Catalayud, ciudad ubicada al sur de Zaragoza que es poseedora de numerosos atractivos, entre los que se incluyen bonitos paisajes, una gran cantidad de torres mudéjares e importantes monumentos, como el Castillo de Ayud y la Morería y la Judería, por mencionar algunos.
Muy cerca de Catalayud, más precisamente en Nuevalos, está el Monasterio de Piedra, de una riqueza artística excepcional, que se localiza en un extenso parque natural salpicado de cascadas y lagos.
Otra de las excursiones interesantes que podemos realizar es la comprendida en la Ruta del Moncayo, la cual nos llevará hasta la ciudad de Borja que, además de destacarse por su producción de vinos, acoge grandes atracciones como  las ruinas de un antiguo castillo feudal y la pintoresca Casa de las Conchas.
Luego, pararemos en Tarazona para conocer su  Plaza de Toros, y realizar un recorrido por la Catedral y el Ayuntamiento.
Mientras que la Ruta del Románico Aragonés nos llevará a atravesar los poblados de Remolinos y Alcal del Ebro, hasta llegar a Tauste, ciudad que cuenta con bonitos lugares como la iglesia parroquial, para pasar luego por Ejea de los Caballeros, que cuenta con una importante iglesia fortaleza.
Después, haremos una parada en Uncastillo, ciudad dominada desde lo alto por una  fortaleza datada en el siglo XII. Sus principales monumentos son la Iglesia Santa María la Mayor, la Iglesia de San Juan y las Ruinas Romanas de los Bañales, que contienen baños termales, vestigios del foro y un acueducto.
A escasos kilómetros de Uncastillo se halla la villa amurallada de Sos del Rey Católico, cuyas empinadas calles nos llevarán a conocer el Palacio de Sada y las antiguas casas señoriales que ambientan a este hermoso lugar que pareciera haberse quedado detenido en el tiempo.