Estambul: la antigua Constantinopla

¿Por qué no aprovechar el año nuevo para acercarnos a una de las ciudades más bellas de Europa? Estambul es una capital que lo tiene todo. Tiene la magia de otros tiempos, el sabor de otros platos y el encanto de un lugar que ha vivido grandes transformaciones en su historia.

Llamada Constantinopla durante la época del Imperio Romano y Bizantino, Estambul se ha adaptado a la modernidad sin dejar de lado su pasado. Hoy, sus zonas históricas están reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde el año 1985, gracias a que aún conservan los principales monumentos y restos históricos de la capital.

Mezquita Azul (Estambul)
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Mezquitas y visitas obligadas

Si vamos a Estambul, lo primero que desearemos conocer es Santa Sofía. Posiblemente es la imagen más conocida de la ciudad. Obra maestra del arte bizantino, fue iglesia del Papa entre 1204 y 1261. Su situación, en una de las zonas más elevadas de la capital nos dan una auténtica panorámica de los alrededores, además de otro punto principal a visitar: la Mezquita Azul.

Construida por el Sultán Ahmed I entre 1609 y 1616, muchos visitantes la consideran sino más bella que Santa Sofía, prácticamente sin necesidad de envidiarle nada. Lo primero que llamará nuestra atención es que cuenta con seis minaretes, algo que provocó un gran revuelo. Y es que la Meca también tenía seis.

Una vez en el interior, llamamos al visitante a alzar la mirada. La cúpula central de la Mezquita Azul es una verdadera maravilla. Tiene 23 metros de diámetro y 43 de altura. Contemplarla, da sensación de grandeza y de sobrecogimiento. Además de algo que debemos disfrutar en ese momento: el silencio.

Otros lugares destacados en nuestro recorrido

Mirando a lo lejos dos estampas van a llamar nuestra atención. Por un lado, la Torre Gálata, una de las más antiguas del mundo, en donde se celebran espectáculos típicos y se degusta parte de la gastronomía de Estambul. El segundo, el Palacio Topkapi. Un ejemplo que demuestra la grandeza del imperio mientras los sultanes gobernaron la antigua Constantinopla.

En tercer lugar que recomendamos, es la Cisterna Basílica. Un lugar que, aunque no aparece en muchas guías, seguro que sorprende al turista. Se trata de un palacio sumergido con 336 columnas de estilos muy variados. Su función en la antigüedad: abastecer a la ciudad de agua en caso de ser atacada.