Alburquerque: fortalezas y castillos en Badajoz

Al noroeste de Badajoz se ubica esta capital, que en árabe significaba “país de alcornoques”, sin embargo, lo que ha llegado hasta nuestros días y por lo que más destaca a la hora de hablar de viajar allí, es por su castillo, construido en los siglos altomedievales.

Destaca su torre del homenaje, porque es lo primero que llama nuestra atención y porque se trata de una maravilla histórica casi perfectamente conservada. De hecho, aún se puede acceder a ella a través de un puente de arco ojival y disfrutar de las vistas. No deje tampoco de visitar el interior del castillo, donde encontrará una grata sorpresa.

Castillo de Alburquerque
© Eduardo Estéllez – Fotolia.com

La Iglesia de Santa María del Castillo y su fortaleza

Construcción de finales del siglo XIII, esta Iglesia se ubica en plena fortaleza de la localidad de Alburquerque. Lo que más sorprende es que, a pesar de de estar construida en ese periodo, recuerda más aún a la parte del románico extremeño. Gusta porque no es muy grande, tiene unas proporciones equilibradas con sus tres naves.

Se trata de una construcción austera, parece recordar a construcciones militares, sin embargo tiene ese regusto románico que apetece degustar a pequeños sorbos. Por eso, recomendamos al visitante detenerse en sus cuatro semicolumnas adosadas en sus frentes, además de las bóvedas de medio cañón, que coronan las tres naves.

Un breve paseo por su nave central y su silencio, combinado con la luz, harán de la visita a la Iglesia de Santa María del Castillo, uno de los lugares que más disfrutaremos de la comarca de Alburquerque. Una lástima que ahora no se realicen cultos allí, lo único para lo que se utiliza en la actualidad es como salón de actos.

Una situación inmejorable

Enclavada en plena Sierra de San Pedro, Alburquerque ofrece al turista la posibilidad de conocer ese entorno rocoso. Además, podemos escaparnos hacia Portugal, y es que esta localidad de la provincia de Badajoz, durante años estuvo sometida a contiendas con el país vecino, que asolaba sus tierras y cultivos.

En cambio, si preferimos seguir en España, también tenemos una alternativa perfecta de completar nuestro recorrido ya que se encuentra a caballo entre otras dos grandes capitales: Mérida a unos 100 kilómetros y Badajoz misma, a 45 kilómetros.